Me tiembla el cuerpo. Los dedos bailan y por una vez,
escribo sin pensar. Esta vez no voy a hablar de ti, de si te echo de menos o si
te necesito. He dedicado demasiado tiempo y lágrimas a algo que no va a volver.
Estoy harta de negar que no sigo escuchando nuestra canción o de esperar que
vuelvas a hablarme.
Me rompiste los esquemas, me enamoraste e idiota de mí, dejé
que lo hicieras. Y no diré que se acabó quererte, el echarte de menos o el
esperarte, por desgracia eso no depende de mi, ni de ti. Quizás no dependa de
nadie, o quizás solo dependa del tiempo.
Suena esa canción de fondo, la que llevo tantas semanas
poniendo en repetir, esa canción que expresa lo que siento pero que sigue sin
darme una solución a como calmar el dolor. Y sigo estando sola, en una habitación
que cada día se me hace más grande. Y me siento perdida.
Decías ‘sé que te quiero’ y lo único que tenías claro era
que no era cierto. Y busqué mil motivos para creerte, para estar contigo hasta
que acabé cansándome de mí misma. Y pensaréis, ¿y ahora? Ahora nada. Ahora está
todo perdido. Ahora solo quedan recuerdos de cómo sonreías cuando conseguiste
partirme el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario